Consigna de reseña: "Azul turquesa" de Inés Garland
Cuento seleccionado: “Azul turquesa” dentro del libro “Una reina perfecta” Inés Garland
117 páginas
Por Micaela Zac
Inés Garland nunca ha fallado en tejer las emociones a través de sus historias, logrando que los lectores se sumerjan completamente en el mundo de sus personajes. Su habilidad para retratar problemáticas que se presentan en la vida cotidiana con tal sensibilidad y precisión hace que sus obras sean tan conmovedoras como se las describe.
El libro “Una reina perfecta” fue publicado por Alfaguara en el año 2008 (también distinguido por el Fondo Nacional de las Artes), el cual contiene trece relatos con distintas perspectivas del alma femenina. Es decir, algunos cuentos están narrados a través de los ojos inocentes de las niñas, mientras que otros nos sumergen en las vivencias y reflexiones de adolescentes y mujeres adultas. Con una perspicacia encantadora, los relatos de Garland reflejan de manera magistral la antigua teoría del iceberg de Hemingway: lo no dicho ejerce una influencia poderosa en lo sugerido, en lo apenas vislumbrado. No es de extrañar que las protagonistas de estas historias sean mujeres, un género que, a lo largo de la historia, ha sido limitado por una sociedad patriarcal a expresar sólo una fracción de sus habilidades, opiniones y emociones. Estos relatos desarrollan la pérdida de inocencia e ilusiones, de la locura y angustia que se entrelazan en la vida cotidiana y de la permanente búsqueda de amor. La soledad, el fracaso y la tristeza son algunas de las sensaciones que sobrevuelan las historias.
Me detendré en analizar uno de aquellos trece relatos, “Azul turquesa”. La historia de una mujer que viaja con su hija a Brasil. Este acontecimiento funciona como una forma de reencuentro entre madre e hija luego de descuidos propios de todo divorcio. La soledad de la narradora, la madre, conmueve. Garland nos transportará hábilmente a través de los intrincados senderos de la maternidad, sumergiéndonos en las dudas y dilemas que enfrenta una madre al atravesar una separación, explorando la sutil complejidad de un supuesto romance con un adolescente y desentrañando la paranoia que la acecha ante los potenciales peligros que madre e hija podrían enfrentar. Sus palabras nos invitarán a reflexionar sobre las profundidades del vínculo materno y la valentía necesaria para afrontar los desafíos que la vida nos presenta.
Es conmovedor sumergirse en una historia contada desde el punto de vista de una madre, especialmente siendo yo misma hija. Descubrir las preocupaciones y las profundidades que se ocultan tras el simple acto de cuidar a sus hijas despierta sensaciones de profunda emoción. Recomiendo encarecidamente esta obra a aquellos que buscan una lectura que no solo los invite a reflexionar sobre la complejidad de la vida, sino también sobre los lazos sublimes que nos unen como seres humanos.
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