Consigna de escritura: cuento sobre alguna delincuencia, mentira, traición, etc
Loyola 71
Micaela había estado planeando esta salida con Martu y Lila con una semana de antelación, se rumoreaba que iba a ser la mejor fiesta del año; la llamaron “la clandestina”. El pequeño detalle de este relato es que sitúa en el mes de julio del año 2021, plena etapa de pandemia en la que tan solo se permitían juntadas de 20 personas, las famosas burbujas.
Lila había estado hablando, hace unas semanas atrás del hecho sucedido, con un amigo que estaba organizando una fiesta en su casa. Todo el mundo de su entorno estaba hablando de esta fiesta, el único tema de conversación era la organización de idas y vueltas al lugar en donde se iba a realizar. Micaela era una chica que se dejaba influenciar fácilmente por las movidas sociales que se organizaban en su entorno, tenía temor de perderse anécdotas; con lo cual, intentaba de asistir a cada plan que se organizaba. Esta fiesta no se quedaba atrás.
Sus papás no solo eran personas responsables acerca de la cantidad de gente con la que se juntaba en las burbujas, sino que también muy sobreprotectores. No le permitían viajar sola a ningún lado y siempre tenía que mantenerlos al tanto del lugar en el que estaba, se generaba un problema muy grande si se olvidaba de esto último. Es por esta razón que se le ocurrió no contarles de esta fiesta, sabía que no la iban a dejar ir así que decidió volverla un secreto.
A las 22.00 ya se encontraba en la casa de Lila con Martu, la mentira se basó en que las tres se iban a quedar hasta tarde haciendo un trabajo práctico que tenían que entregar al día siguiente. Eran tres chicas que habían estado encerradas durante un año en sus casas, la felicidad era tan grande que se les escaparon unos pequeños detalles a la hora de organizar aquella salida secreta.
Llegó la hora de la fiesta y empezaron a surgir señales que, lamentablemente, decidieron ignorar. Martu tenía una aplicación en la que sus papás podían localizarla, su papá nunca utilizaba dicha aplicación pero justo ese día le agarró cierta curiosidad. Fue en ese momento cuando le mandó un mensaje diciendo: “¿Qué haces en Loyola 71?”. Aquí es cuando una persona normal decide contar la verdad, pero Martu tomó una decisión totalmente distinta ya que estaban decididas de que nadie les iba a arruinar aquella experiencia. Decidió decirle que la aplicación le funcionaba mal, la borro y apago directamente el celular.
Entraron a la fiesta, dejaron sus celulares apagados en un cuarto y decidieron no tener contacto con lo que podía llegar a estar sucediendo fuera de aquel momento. Sus cuerpos no estaban acostumbrados al alcohol ya que no solían tomar mucho en aquel entonces, con lo cual, fueron necesarios tan solo unos pocos tragos para que dejaran de estar del todo conectadas con lo que iba sucediendo a su alrededor. Dejaron los celulares apagados por tres horas, tantas cosas pueden suceder en tres horas.
Pasado dicho tiempo, llegó el momento de la fiesta que marcó esa noche. A Micaela se le acercó un chico a decirle: “esta tu papa afuera, dice que si no salís ahora va a llamar a la policía”. Se rio, pensó que era un chiste. Pero no, no era un chiste. Bastó un instante para que su cuerpo bajara a tierra y fuese consciente de lo que estaba sucediendo, sus papás se habían enterado, ¿como? ¿cuándo? ¿en qué falló?. Agarro el celular que había estado apagado por interminables horas en la perspectiva del mundo externo, tenía las suficientes llamadas perdidas de su mamá como para saber que cuando llegase a casa no le esperaba algo bueno, no quería enfrentarse a eso. Comenzó a llorar sin parar, le rogaba a su papá que no la llevara a casa. Pero, obviamente, la llevo. Llegó a su casa sin esperanzas, sabía que su mamá la iba a retar y castigar por un buen tiempo, pero para la sorpresa de todos, lo primero que le dijo fue: “¿Pudiste terminar tu trabajo práctico?”.
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